domingo, 31 de diciembre de 2023

                                



No tendrás coche... y serás feliz 


Hace poco en un debate televisado un economista muy conocido decía que lo que le molestaba de la política del Coche Eléctrico, era su imposición, que se pretendiese desde la política presentar el asunto como un problema moral. Si usted tiene un coche de combustión es un amoral, casi un delincuente, ataca al medio ambiente y no se preocupa por los efectos desastrosos que tendrá en el futuro su huella de carbono.

Ahora bien, un coche eléctrico es caro, el porcentaje de compra de coches eléctricos es un reflejo casi exacto del PIB de cada país. No todo el mundo puede pagarlo, los países pobres tienen más dificultades para adquirir uno. Eso es una pega, pero hay más, el coche eléctrico es ineficiente, no tiene mmucha autonomía, no hay muchos puntos de recarga y no siempre funcionan, las baterías de uno de estos coches contaminan muchísimo más, y a los pocos años hay que cambiarlas, etc, etc.

Entonces, ¿por qué tanto énfasis en este tipo de coche? ¿Qui prodest? No a las empresas de automoción, no a los usuarios, no al medio ambiente. Yo creo más bien que está relacionado con un problema de libertad, de libertad deambulatoria, y de libertad de elección. 

De libertad deambulatoria, porque si eliminamos los coches, o una gran mayoría de ellos, sólo podrán desplazarse los ricos, los verdaderamente ricos. Cuando se dice menos coches y más servicio público, se está diciendo, conm oyras palabras, que no tengas la elección, la posibilidad de moverte en cualquier momento y a donde quieras. Te están coartando tu libertad de movimientos.

Es un problema, en definitiva de Libertad con mayúsculas, que nos dejen elegir qué medio usamos, y de qué tipo: de combustión, híbrido, eléctrico, etc. Pero que nos dejen, que no nos tutelen, que no nos obliguen, 


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