domingo, 3 de abril de 2011

Cine español y doblaje: el falso axioma

Cíclicamente, de modo cansino, un actor hispano lanza su invectiva contra el doblaje haciéndolo responsable de la implantación del cine norteamericano, que perjudica, dicen nuestros profesionales del séptimo arte, al cine patrio. Para los que tal sostienen se trata de un axioma, es decir, algo que es evidente y que no hace falta demostrar, para mi, sin embargo, se puede probar que es falso.
En primer lugar, pensar que al cine español le perjudica el cine norteamericano, sería como pensar que a la literatura española le perjudica la iteratura anglosjona, o como pensar que a la música española le perjudica la música anglosajona, lo cual a todas luces es absurdo. En efecto, jamás hemos visto a los novelistas españoles protestar por la introducción de literatura de habla inglesa, o pedir cuotas contra la traducción de la novelística europea porque perjudica a la nacional. Ni siquera en el campo de la música, donde la penetración de la producción extranjera es abrumadora, hemos visto a músicos pidiéndole al ministro de turno que establezca medidas contra la importación de cantantes o bandas de otros países.
En segundo lugar, la gente del cine es la única en el todo el sector artístico que está contra la importación de bienes culturales extranjeros, la única que no quiere competir con ellos, y lo disfraza de ataques contra el doblaje. Según ellos existe una relación inversamente proporcional entre cine español y doblaje, en otras palabras el doblaje facilita la introducción de cine extranjero, con lo que lesiona los intereses del cine español, pero esto es falso de lesa falsedad; si fuese verdad que el doblaje perjudica al cine patrio, si fuese axiomático, si fuese una verdad indiscutida, tendría una validez universal, pero ocurre justo al contrario, los paises donde hay doblaje (Francia, Italia, Alemania, España) son, precisamente, los que tienen un cine autóctono más fuerte, de lo cual se deduce necesariamente que el doblaje no juega ningún papel, ni a favor ni en contra, en la consolidación del cine nacional.
Lo que sí juega un papel relevante y fundamental es el mercado, Francia, Italia, España, Alemania, tienen los cines más fuertes en Europa sencillamente porque tienen un mayor mercado. Es éste en realidad el que debe preocupar a los profesionales del cine español, que deben pensar cómo ganarlo, cómo mantenerlo y cómo aumentarlo, por ejemplo buscando el nicho del mercado hispanoamericano, pero no le echen la culpa al doblaje.
Tampoco tiene Shakespeare la culpa de que se lea poco a Cervantes.