domingo, 7 de agosto de 2011

Playas de Lisboa


Flipo: la "simpática" conductora del programa "Playas de Lisboa" en Callejeros viajeros dirigiéndose a cuanto portugués se encuentra por el camino en el español más castizo, como si el portugués fuese solamente una forma curiosa de hablar que tienen los lusitanos. Los portugueses, que son más educados, le contestan igualmente, a pesar de la nula consideración por parte de la presentadora.

domingo, 3 de abril de 2011

Cine español y doblaje: el falso axioma

Cíclicamente, de modo cansino, un actor hispano lanza su invectiva contra el doblaje haciéndolo responsable de la implantación del cine norteamericano, que perjudica, dicen nuestros profesionales del séptimo arte, al cine patrio. Para los que tal sostienen se trata de un axioma, es decir, algo que es evidente y que no hace falta demostrar, para mi, sin embargo, se puede probar que es falso.
En primer lugar, pensar que al cine español le perjudica el cine norteamericano, sería como pensar que a la literatura española le perjudica la iteratura anglosjona, o como pensar que a la música española le perjudica la música anglosajona, lo cual a todas luces es absurdo. En efecto, jamás hemos visto a los novelistas españoles protestar por la introducción de literatura de habla inglesa, o pedir cuotas contra la traducción de la novelística europea porque perjudica a la nacional. Ni siquera en el campo de la música, donde la penetración de la producción extranjera es abrumadora, hemos visto a músicos pidiéndole al ministro de turno que establezca medidas contra la importación de cantantes o bandas de otros países.
En segundo lugar, la gente del cine es la única en el todo el sector artístico que está contra la importación de bienes culturales extranjeros, la única que no quiere competir con ellos, y lo disfraza de ataques contra el doblaje. Según ellos existe una relación inversamente proporcional entre cine español y doblaje, en otras palabras el doblaje facilita la introducción de cine extranjero, con lo que lesiona los intereses del cine español, pero esto es falso de lesa falsedad; si fuese verdad que el doblaje perjudica al cine patrio, si fuese axiomático, si fuese una verdad indiscutida, tendría una validez universal, pero ocurre justo al contrario, los paises donde hay doblaje (Francia, Italia, Alemania, España) son, precisamente, los que tienen un cine autóctono más fuerte, de lo cual se deduce necesariamente que el doblaje no juega ningún papel, ni a favor ni en contra, en la consolidación del cine nacional.
Lo que sí juega un papel relevante y fundamental es el mercado, Francia, Italia, España, Alemania, tienen los cines más fuertes en Europa sencillamente porque tienen un mayor mercado. Es éste en realidad el que debe preocupar a los profesionales del cine español, que deben pensar cómo ganarlo, cómo mantenerlo y cómo aumentarlo, por ejemplo buscando el nicho del mercado hispanoamericano, pero no le echen la culpa al doblaje.
Tampoco tiene Shakespeare la culpa de que se lea poco a Cervantes.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Bilbao-Nueva York-Bilbao


Leí la primera página de este libro en la biblioteca mientras esperaba que me diesen los libros que había pedido, me gustó. Me pareció original comenzar el libro diciendo que los peces y los árboles se parecen, y demostrarlo con ingenio. A consecuencia de eso compré el libro, lo que yo no me esperaba es que después de la primera página no hubiese nada. Nada de nada.
A medida que iba leyendo el libro me sorprendía a mi mismo por no tirarlo directamente a la papelera, el recursito de marcar el paso del tiempo con las pantallas del avión me parecía sencillamente escolar; me asombraba que algo así pudiese ser publicado y que incluso ganase el premio nacional de narrativa en el 2009.
Haría un análisis profundo del engendro, pero para eso tendría que volver a digerir esta obrita ,corta pero harto pesada, y, lejos de mi la funesta manía de flagelarme, no pienso hacerlo.
Un consejo: lean la primera página y pasen a otra cosa. La vida es corta.

jueves, 27 de enero de 2011

martes, 4 de enero de 2011

Mejor la libertad


No es inocente la prohibición del tabaco, no es inocua la norma restrictiva. Se demoniza a los fumadores, se les persigue con más saña que a las industrias con humos contaminantes, con más furor que a las industrias alimentarias que venden comida adulterada con hormonas y parece que con más rabia que a las mismísimas mafias que empiezan a asolar nuestro país.
Creo que esta ley va contra la libertad del ciudadano a hacer de su vida lo que le plazca. El Estado no es nadie para meterse en la esfera privada de cada individuo. Si se inmiscuye en si un ciudadano fuma, también puede inmiscuirse en si bebe, en si su coche contamina (no es broma, ya empieza a hablarse de la huella del CO2 de las familias....) en qué medicamentos debe tomar, etc. Después, el Estado, ¿por qué no? dirá, con ese mismo derecho que ahora se le atribuye, qué libros debe leer, qué películas debe ver (¡ojo a la no tan inocente corrección política!) y al final qué debe pensar, lo que en cierto modo ya están consiguiendo con el pensamiento único.
Los fumadores pasivos tienen derecho a no serlo, como los fumadores activos lo tienen a serlo donde se lo permitan. Si un empresario ejerciendo su libertad decide tener un restaurante para fumadores, está en su derecho, y nadie obliga al que no fume a entrar en ese local.
Yo he dejado de fumar hace 15 años, jamás me ha molestado el tabaco, mi mujer fumaba y nunca le recriminé su opción, ni le prediqué las bondades de la abstención, y olia con delectación el puro de mis vecinos de grada en el estadio de Riazor. En definitiva, siempre lo he considerado como un asunto de elección personal, o sea, de libertad. Exagerando, en la vieja consigna de "libertad o muerte", me quedo con la libertad.